jueves, 30 de diciembre de 2010

Pretérito imperfecto

Miraba todos los espejos como si alguno me fuera a mostrar una imagen de lo que no había pasado.
Corría sola esperando que algo me empujara, me forzara a encaminarme de nuevo a algún lugar donde antes se suponía que iba.
Pasaba noches enteras figurando situaciones en mi mente donde todo salía como yo lo esperaba hasta el último segundo, cuando al final me dormía y todo se desmadraba.
Te imaginaba hablándome, abriendo tu boca y soltando palabras extrañas, inconexas, que yo no conocía y que vos nunca me hubieses podido decir.
Vagaba, vagaba, vagaba. En cualquier lugar. Frente a una computadora, en un tren, tomando algo, sonriéndole a alguien.
Rebotaba contra los pasillos sin salida de mi mente. Me quebraba las costillas por intentar arrastrarme de nuevo por pensamientos tan angostos que me dejaban arañada.
Empujaba los bordes de mi propia piel, de adentro hacia afuera, la estiraba como un globo, la reventaba.
Iba y volvia. Esperaba quietita. Me rompía los cuernos. Me desesperaba.
Supongo que te extrañaba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario