jueves, 1 de noviembre de 2012

Vuelo nocturno

De noche y desde el aire, las ciudades intentan su mejor imitación del cielo.
Y en ese afán de trascendencia, terminan por volverse idénticas a ellas mismas.

jueves, 19 de julio de 2012

Requiem

Me invitaron al velorio de mi vida como la conocía y estoy llevando rosas blancas.

martes, 10 de julio de 2012

Redemption Song

Vine a este mundo a aprender.
Doy por descontado que voy a romperme mientras tanto.
No pienso protegerme.
No pienso llegar entera al final.
Voy a chocarme con todas las paredes y dejar pedazos de piel en todos los filos.

No quiero lastimarte.
No vine a este mundo a lastimarte a vos.
Si en mi proceso te hiero, sabé que no fue intencionalmente.
Si en mi proceso te causo dolor, entendé que siento que vos también sos capaz de soportarlo.
Que yo soy tu filo.
Y que viniste a dejar pedazos de tu piel en mi.

martes, 24 de abril de 2012

Una libra de carne de tu propio cuerpo

Cuando uno nace recibe como una especie de bolsa llena de bolitas.
Son concesiones, errores, roturas que uno tiene para gastar durante toda la vida.
Pedacitos desprendibles, que uno puede perder sin morir.

Cada vez que lastimás, engañas, mirás a los ojos y mentís. Cada vez que elegís hacer lo que no es correcto, que transigis tus propios límites, tus propios valores, que no cumplís una promesa: perdés una bolita.
Te quedan más. Pero ya no es lo mismo y no se pueden recuperar.
Cediste una parte tuya.

Obviamente, cuántas más te queden en la bolsa, mejor. Más entero estás.
Podés pasarte toda la vida cuidando tus bolitas. Pero por alguna razón, no me parece gran mérito morir con la bolsa llena.
Para algo están, para algo las traemos. Algo debemos ganar a cambio de perderlas. A cambio de ir rompiéndonos.
Como un tributo de tu propia carne que elegimos sacrificar a cambio de experiencia, de una revelación vedada.

No es un orgullo perderlas. Pero tampoco parece sabio jamás usarlas.

Algo así como las faltas en el colegio secundario.
Y yo siempre llegué a diciembre a punto de quedarme libre.

viernes, 30 de marzo de 2012

Chick flick

En las comedias románticas, al principio la protagonista siempre está destrozada, dejada, sola, con la autoestima por el piso y escéptica de volver a enamorarse.
 

Genial. 
Traé el pochoclo que empezó la película.

martes, 14 de febrero de 2012

Del amor y otras histerias colectivas

Vos sabés que yo ya lo venía sospechando, no?
Esta era la última oportunidad que le daba.
Demasiadas películas. Demasiados finales felices. Demasiadas escenas en aeropuertos.
Si no es ego, es poder, u obsesión, o inseguridad, o sexo, o apego, o comodidad, o miedo, o resignación, o demasiadas putas películas de sábado a la tarde, como te decía.

No digamos nada. Que quede entre nosotros.
No se lo caguemos a los demás.
No justo hoy.



miércoles, 8 de febrero de 2012

La ética protestante y el espíritu del capitalismo


La paradoja universal de decidir entre sentarte en el caballito que más te gusta de la calesita o quedarte parado en el palo para agarrar la sortija y ganar una vuelta más.

viernes, 3 de febrero de 2012

El hermoso cadáver de quien ha muerto de amor

Y de repente uno de los engranajes del tiempo se zafa y el mecanismo empieza a girar en falso, enloquecido. Pero las agujas están paradas.
Nada avanza. La respiración se puso en modo manual y las conversaciones se escuchan lejos, en cámara lenta.
Estirás la mano para tocar la escena, pero se te diluye entre los dedos. Estás viendo a través del culo de un frasco. Deformado y chiquito.
Ni intentas hablar. Sabés que no reconocerías ni tu propia voz.
Se soltó la película de Super 8. Escuchás el ruido del carrete girando loco.
Esperás. Sin moverte, esperás.
Va a volver a enganchar, repetís como mantra.
Ya es un acto de fe.