martes, 30 de noviembre de 2010

Gris

Tengo ganas de vomitar.
No me reconozco en ninguna de mis fotos. Nausea constante. Me estoy pudriendo de contenerla. Que pasaría si la suelto? Que pasaría si me levanto ahora, dejo todo y empiezo a caminar?
No soy yo en ningún lado. Ya no soy yo, carajo.
Me detesto, todos mis pensamientos patéticos y mis frases hechas. Cuando me pego y cuando me consuelo.
Nunca había sentido tan de cerca la certeza de estar en el borde del lado oscuro.
Nunca lo había olido así, dulzón y putrefacto, en la punta de mis narices. Que lindo que huele. El mejor olor que oliste en tu vida. Inolvidable y intoxicante.

Pará de mandarme fotos. No ves que no soy yo? Me repugnan. Deja de querer que sea esa. No son mis ojos ni mi cara ni mis dientes. Nos ves que mis dientes están rotos ahora? Tienen filo. Ya no podría ser esa. Ya no sonrío más y si sonriera sería para mostrar mis dientes filosos.
Dicen que el camino al infierno esta tapizado de buenas intenciones. No hay dudas. Al infierno se va siempre por buenas intenciones, el tema es que no todas las buenas intenciones son las correctas.
Si irse al infierno se sintiera mal, nadie se iría, esta claro. Quien va a querer voluntariamente sumergirse en la mierda tranquilito y pensando, wow, me estoy yendo al carajo, voy a disfrutar el paisaje…

Al infierno te vas porque se siente bien. Se siente mejor que irse al cielo. Siempre. Hay un día que sin darte cuenta tomas un caminito divino, perfecto, el más atractivo que viste en tu vida y ahí empezas despacito a bajar al inframundo. Cuanto más te acercas, más lindo se pone. Te da un poco de culpa de lo bueno que está y metes un par de excusas que cierran perfecto, que la mayoría tienen que ver con el bendito carpe diem. El carpe diem es un invento del mismísimo lucifer. Vivi el momento, jaja, vivi ESTE momento y vas a ver como se pone la cosa. Afloja ahora, relajate ahora, eat me, drink me, que puede pasar? Que es lo tan grave? Cuantos días tiene tu vida? Que hoy derrapes un poco no le hace mal a nadie. No sos perfecta. Un poco de oscuridad hace todo más interesante. Un par de manchas hace que todo valga más la pena no?
Esas frases estan graffiteadas en la puerta del infierno. Creeme.

Toda una vida pensando en el bien y el mal. 29 años obsesionada con el bien y el mal. Demasiadas novelas, cuentos, leyendas y películas de Disney. Siempre me sentí un Jedi. Absolutamente comprometida con el lado bueno de la fuerza. Incorruptible a todo nivel. Detectando el mal a la distancia. Siempre me pareció ridículo que alguien pudiera tentarse con el lado oscuro. Si está claro que es malo! No ves que están todos vestidos de negro? Que siempre es violento? Es básico. El bien siempre triunfa al final, siempre. Leíste tres historias y lo sabes. Así que hay una sola regla, siempre quedate con los que se visten de blanco y se tratan bien y listo. Happy ever after.

Siempre pensé que yo podría haber llevado el anillo. Que podría tranquilamente haber caminado hasta Mordor y tirarlo en la grieta del destino, obvio que capaz me hubiesen agarrado un par de ataques en el camino, pero como para darle mas dramatismo. Pero lo hubiese hecho al final.. Jajajaja, ahora se que no. Que ni en pedo. Que nunca hubiese tenido chances. Que les cortaba la cabeza todos en Rivendel en la primera de cambio. Ahora entiendo lo que hacia el anillo. Te hacia sentir mejor que nunca. Solo se veía feo desde afuera. Así es fácil. Si se te ponen los ojos rojos y te sale espuma por la boca es fácil darte cuenta que está mal, no?
Lo jodido es cuando sentís que volas, que estas viviendo los mejores días de tu vida, que todo encaja perfecto, que por fin encontraste esa destello de magia que te mantiene deslizandote a un centímetro y medio sin tocar el piso. Ahí se pone jodido sacarte el anillo. Ahí ya no es tan fácil distinguir lo que esta bien de lo que está mal. Desafío al más grande de los filósofos, al más profundo de los sabios a que distingan el mal adentro de lo que te hace sentir tan bien. Y no dos días después. Ahí mismo. En ese mismo instante en que volas. (Porque volas. Sabelo.)
La cosa es que no se puede. Porque esta todo mezclado. En cada trama hay hilos blancos y negros. Jeje, tricky.

Que confundida estoy. Como me gustaría volver a saber qué esta bien y qué esta mal. Tengo la extraña sensación de que nunca más lo voy a saber. Como cuando me entere que Papa Noel no existía. Tengo ese anhelo típico de querer volver al instante previo a la perdida de la inocencia. Dicen los que saben que esto es crecer. Voy a tener que confiar. Quizas a los 30 años me tengo que dar cuenta que crecer es amigarse con el diablo. Alguien con quien nunca quise tener nada que ver. Ahora lo veo distinto, más cercano, más dentro mío (aunque suene como para despeinar viejas) y me sigue dando terror. Quizas más que antes, porque ahora lo siento cerca, posible, ahí nomás. Entrando y saliendo de mi vida y yo abriéndole la puerta de vez en cuando. Me da terror equivocarme demasiado y que se cague todo en serio. Me da terror porque ahora, por primera vez siento que es posible, que puede pasar, que el bien no tiene por qué triunfar al final siempre. Y encima, está quedando claro que no soy una genia en distinguirlo.

Ya no soy una persona blanca. Tampoco me siento negra. Pero tengo un buen gris.
Me voy a tener que acostumbrar a eso.