lunes, 6 de diciembre de 2010

Daydreamer

Hay un instante donde todo lo que sos está en blanco y ocupa el lugar todo lo que podrías ser.
Es el momento justo antes de despertarte. Un limbo extraño donde estás en cero. Donde no sos vos. Al menos no sos lo que recordás que sos vos. No sos hombre ni mujer. Ni joven ni viejo. Nada te duele. Nada te preocupa. Abris los ojos y no hay nada. Paff! nada. Como un cuaderno el primer día de clases.
Y entonces haces fuerza por recordar. Como la computadora cuando reinicia y tiene ese segundito en negro antes de que baje la pila de información.
Es sólo una fugacidad donde no lográs recordar quién sos, qué haces y lo más importante: no te acordás que fue lo ultimo que te preocupo anoche antes de dormirte y lo que te va a preocupar ahora, irremediablemente, medio instante después. Pero tenes una certeza absoluta: sos. Si si, que sos, no tenés ninguna duda. Una vez que cargó la info estás cagado. Condicionado de nuevo. Se cierran los grilletes de lo concreto alrededor de tus muñecas y te quedas pegado a tus miserias mundanas por el resto del día.

A mi me pasa todas las mañanas, el tema que sólo algunas me lo acuerdo. Pero cuando me acuerdo ya nada es como debería. Nada te puede sacar el sabor de la conciencia absoluta. De la certeza de que todo esto es una obra de teatro y que ahora te están llamando a escena con tu vestuario preparado para esta ocasión. A representar el papel que esta vez te tocó.
Es una sensación extraña de potencial absoluto.
Supongo que debe ser como estar muerto o a punto de nacer. O algún punto perdido entre medio de los dos.

Conoces ese lugar? Anduviste por ahí alguna vez?
Avisame si vas y nos tomamos algo.

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