Voy a escribir mucho. De todo. Lo que se me ocurra. Lo que me salga de esta cabeza macerada en boludeces que tengo. Tantas informaciones, nombres y lugares que tengo metidos. Algo bueno tendrá que salir. Algún día. No creo que hoy. No creo que en este formato, pero tengo que empujarlo. Como cuando limpias un recipiente con agua sucia y le tiras limpia. Sale, sale, sale y en algún momento empieza a salir mejor. Pero si no empezas a sacar la porquería nunca va a salir clara. Sé que en algún lugar tiene que haber otra cosa. No digo original. Digo otra cosa.
Tengo la cabeza demasiado llena. Soy acopiadora de información. Es hora que sirva para algo. Que se articule de alguna manera. No de una manera valiosa, ni trascendente, pero de alguna.
Primero saldrá lo obvio y me tendrán que perdonar. Después también.
Tantas mierdas que sé tienen que servir de algo una vez. Sabés la diferencia entre una cereza y una guinda? yo si y te puedo hablar media hora de eso. Querés que te explique la relación etimológica y filosófica entre las palabras simpatía, fantasía y estética? Puedo, mientras te hago un croque madame. Querés que te programe el dvd y te configure el router? Si te divierte también, hablamos de los arquetipos universales en el tarot y de bandas inglesas de los 90 hasta que amanezca.
Entre todas esas cosas tiene que haber alguna voz mía no? no te digo interesante, te digo mía.
Por lo pronto voy a poner la mente en blanco y a dejar salir las palabras y los conceptos que vengo coleccionando desde hace años.
Anda a saber, capaz al final de todo, enterrada y aplastada por siete baúles de ideología hay alguna palabra mía no? Una de cinco o seis letras. Grave. De origen latino. Terminada en vocal. Modestita. Perfil bajo. Clara.
Capaz no.
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