jueves, 10 de febrero de 2011

Sur

Yo siempre digo que hay un día particular en el invierno, más o menos para fines de julio, principios de agosto en que me levanto y siento olor a primavera. Aunque haga 3 grados. Aunque los árboles estén pelados.
Hoy me levanté y sentí olor a té. A principios de febrero, con 30 grados y chicharras.
Vendría a ser exactamente lo mismo. Pero justo al revés.

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