Los días se me escurren entre los dedos antes de que pueda apretarlos.
Cuando empiezo a considerar dar el siguiente paso ya se me terminó la escalera. Nunca sé si tirarme de la hamaca en lo más alto o lo más cerca del piso. La próxima salida está siempre a 500 metros.
Maldita inercia. Si no fuera por vos, pararía en todas las estaciones.
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