martes, 14 de febrero de 2012

Del amor y otras histerias colectivas

Vos sabés que yo ya lo venía sospechando, no?
Esta era la última oportunidad que le daba.
Demasiadas películas. Demasiados finales felices. Demasiadas escenas en aeropuertos.
Si no es ego, es poder, u obsesión, o inseguridad, o sexo, o apego, o comodidad, o miedo, o resignación, o demasiadas putas películas de sábado a la tarde, como te decía.

No digamos nada. Que quede entre nosotros.
No se lo caguemos a los demás.
No justo hoy.



miércoles, 8 de febrero de 2012

La ética protestante y el espíritu del capitalismo


La paradoja universal de decidir entre sentarte en el caballito que más te gusta de la calesita o quedarte parado en el palo para agarrar la sortija y ganar una vuelta más.

viernes, 3 de febrero de 2012

El hermoso cadáver de quien ha muerto de amor

Y de repente uno de los engranajes del tiempo se zafa y el mecanismo empieza a girar en falso, enloquecido. Pero las agujas están paradas.
Nada avanza. La respiración se puso en modo manual y las conversaciones se escuchan lejos, en cámara lenta.
Estirás la mano para tocar la escena, pero se te diluye entre los dedos. Estás viendo a través del culo de un frasco. Deformado y chiquito.
Ni intentas hablar. Sabés que no reconocerías ni tu propia voz.
Se soltó la película de Super 8. Escuchás el ruido del carrete girando loco.
Esperás. Sin moverte, esperás.
Va a volver a enganchar, repetís como mantra.
Ya es un acto de fe.